La industria metalúrgica y siderúrgica en Polonia
El sector metalúrgico constituye una de las industrias de transformación más importantes de Polonia. Los mayores centros de producción se encuentran en las voivodatos de Silesia y Mazovia. La industria siderúrgica polaca está a la altura de la industria siderúrgica mundial, ya que es una de las ramas más modernas del sector en Europa. Por ello, nuestro país está a la vanguardia en cuanto a la calidad del acero producido y la reducción de los niveles de emisión.
La industria metalúrgica polaca está dominada por la siderurgia del hierro y de metales no férricos, y la mayor parte de la producción se centra en el acero. El desarrollo de la industria depende de muchos factores. Uno de los principales determinantes de su desarrollo es el estado de las industrias que utilizan su producción. Uno de los principales receptores es la industria del automóvil. La inversión extranjera también es muy importante, y la mayor parte se registra en el comercio de hierro, acero y cobre. El estado de la industria siderúrgica polaca también está influenciada por las empresas comerciales, los distribuidores. Entre ellos se encuentran tanto los distribuidores de productos nacionales como los importadores. Su participación en el mercado está garantizada principalmente por los centros de servicio especializados y los acabados especializados de las entregas, que no interesan directamente a los fabricantes (demasiada diversidad de la demanda, pequeños volúmenes y otros requisitos adicionales). Un ejemplo de ello es Stainless, especializada en los acabados de los suministros de materiales de alta aleación (tubos sin soldadurabridas, válvulas, chapas, perfiles y piezas moldeadas).
El año 2013 en la industria siderúrgica polaca
El 2013 no fue un año muy favorable para la industria pesada de los países de la Unión Europea. La principal causa fue la crisis económica imperante. En cuanto a la industria siderúrgica, el mayor problema es el descenso de la producción de acero, la reducción de la contratación, la necesidad de reducir la capacidad de producción y la reducción de la demanda de productos siderúrgicos en la Unión Europea. El debilitamiento de la economía también pasó factura a las plantas metalúrgicas nacionales, a lo que contribuyeron, entre otras cosas, las irregularidades en el comercio de acero de refuerzo. Sin embargo, después del 1 de octubre de 2013, cuando se introdujo el procedimiento de inversión del sujeto pasivo del IVA, esta situación mejoró ligeramente.
La producción de acero en 2013 fue un 4,9 % inferior a la de 2012: entonces se produjeron 8 millones de toneladas de acero. La utilización media de la capacidad también cayó, con un 63 % en 2013, 1 punto porcentual menos que en 2012. En cuanto a la cuota de Polonia en la producción total de acero de la Unión Europea, se mantuvo en el mismo nivel, alcanzando el 5 %. Tampoco hubo cambios importantes en la estructura de la producción de acero bruto por grados. El acero al carbono fue el más producido (93,6 %), en cambio, el aleado (6,4 %) y el resistente a la corrosión (0,02 %) fueron los menos producidos. En el caso de la producción de acero laminado en caliente, también se puede hablar de un descenso. Esta cifra ascendió a 7,4 millones de toneladas en 2013, un 3,9 % menos que en 2012.
En cambio, la proporción de productos planos acabados en la producción total de productos laminados en caliente está aumentando. En este sector se registró un aumento de 1 punto porcentual, principalmente en la producción de barras y planchas de bandas. También se observó un crecimiento en los productos planos laminados en frío, donde predominó la producción de chapas y bandas laminadas en frío. También hay previsiones optimistas sobre las ventas de acero inoxidable. En los dos últimos años se ha producido un estancamiento en este sector, principalmente relacionado con los precios desfavorables. Sin embargo, la situación ha empezado a cambiar poco a poco, lo que ha provocado que solo en 2013 se fundieran casi 40 millones de toneladas de acero inoxidable en todo el mundo. Los primeros meses de 2014 también registraron una evolución positiva, ya que solo en el primer trimestre el valor de las importaciones superó las 105 000 toneladas, y las exportaciones alcanzaron las 20 000 toneladas
El impulso más esperado para el crecimiento de la industria en Polonia son los fondos de la UE, que deberían reactivar el mercado de inversión en la segunda mitad del año. Sin embargo, la utilización de los nuevos fondos puede ser más difícil que en el programa anterior. La actual perspectiva de la UE puede acelerarse más lentamente, ya que se inicia en condiciones bastante diferentes a la primera. En aquel momento, solo unos pocos centros locales estaban endeudados; actualmente son muchos los que se encuentran en esta situación, y esto puede dificultar la realización de otras tareas. La utilización de los fondos de la UE requiere un considerable desembolso propio y muchos municipios han contraído importantes préstamos para obtener financiación de la UE en el marco del programa anterior.
Problemas en el sector del acero
El desarrollo de la industria siderúrgica en Europa se ve obstaculizado, entre otras cosas, por la desfavorable política climática de la Unión Europea. El mayor impedimento son unos objetivos de reducción de emisiones imposibles de cumplir, que se aplican a todos los estados miembros. Sin embargo, para Polonia los problemas no acaban ahí, ya que nuestra industria siderúrgica lucha además con unos costes energéticos poco competitivos, que se deben principalmente al nivel de imposición de su fiscalidad y parafiscalidad. Los precios de la energía son una amenaza sobre todo porque tienen un gran impacto en la competitividad. La legislación comercial tampoco está del lado de la industria siderúrgica. Se trata, sobre todo, de la utilización del precio como criterio decisivo en las licitaciones, lo que a menudo limita la competitividad de las empresas que garantizan la máxima calidad de los productos y cumplen las normas de calidad más estrictas.
Las restricciones mencionadas son especialmente relevantes para los productos especializados. Las avanzadas tecnologías de laminación, que garantizan la estabilidad de las aleaciones, y las pruebas de calidad realizadas provocan a menudo que los costes de producción sean hasta un 30 % superiores a los de los productos más baratos de fuera de Europa.